¡ALARMA!
La crisis de Ucrania nos ha vuelto a traer las voces
alarmistas, y en buena parte manipuladas, sobre una invasión militar rusa en
ese antiguo país de la Unión Soviética.
El presidente norteamericano, Joe Biden, y su secretario de
Exteriores, Blinken, nos han duchado día tras día sobre esa invasión,
diciéndonos que tienen la seguridad de que Putin a enviar sus carros de combate
en una semana; en unos días; en unas horas; que es inminente. Nada de esto ha
ocurrido hasta ahora, aunque es verdad que podría producirse.
La enviada especial en Kiev de un gran diario español,
señalaba que el día en que Biden estaba convencido de que la invasión ocurriría
en horas, la población de la capital ucrania vivía con total normalidad sin
hacer caso a las predicciones catastróficas del inquilino de la Casa Blanca.
Y hasta el presidente ucranio, Zelensky, mostraba su
malhumor hacia los vaticinios de Biden, Blinken, la CIA y otros etcéteras,
criticando que este alarmismo estaba causando una atmosfera de pánico entre sus
ciudadanos. Zelensky intentaba así requerir a Biden que se calmara y no
siguiera con el juego del alarmismo.
Lo triste es que la prensa española, en su inmensa mayoría,
ha repetido a diario las alarmas de Biden y ha pasado en silencio, o en muy
pocas líneas, las declaraciones de Putin y de su ministro, Levrov, desmintiéndolas.
Que la prensa occidental defienda a Occidente, a la OTAN y a
todos sus políticos, oarece ser algo natural y reiterativo, pero no por ello es
menos criticable. Los Estados Unidos han empleado a fondo la parte sicológica y
propagandística de una guerra, pero ello no les da razón para que la prensa
europea no actúe con moderación y sin alarmismo.
No hay que cubrirse con la piel del oso antes de matarlo; y
no hay que lanzar al vuelo las campanas de la guerra mientras la “víctima” de
una presunta agresión rusa no se haya invadida y verificado por fuentes
credibles.
Nadie quiere una Ucrania avasallada, pero ningún lector
desea tampoco que la desinformación sea el plato de cada día. La alarma no es
imparcial; la desnformación mucho menos.
Ucrania es un país más complejo que el mostrado por Biden.
Allí existe una amplia mayoría de habla rusa que siempre ha mantenido buenas
relaciones con el vecino. Al oeste, la
mayoría es pro-occidental y quisiera que se le ayudara a tener una mejor vida, …
pero al mismo tiempo, y contrariamente a los que ventea Washington, este mejor
nivel de vida no lo relaciona la gente en entrar en la OTAN. En sus tiempos,
nunca sostuvieron la presencia del Pacto de Varsovia, y están cansados y hartos
de verse abocados a una alianza militarista.
Hace años estuvimos en Kiev y nos trasladamos a Lugansk.
Allí había un sentimiento profundo favorable a Rusia, en buena parte por
practicar su lengua. Pero en ningún momento nos dijeron que apoyarían el
separatismo, cosa que luego ocurrió lamentablemente,
manuel ostos
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