domingo, 29 de julio de 2018


Con todo respeto
Estamos llegando al límite de lo que puede acoger España en materia de emigrantes.  No hay que taparse los ojos; ésta es la realidad.
Las ONG están jugando un papel negativo, aunque no quieran entenderlo así. La protección de derechos humanos está muy bien, pero la acogida de toda la miseria del mundo no es posible y hay que comprenderlo así.
Ya no son las pateras interceptadas en el estrecho de Gibraltar. Ahora llegan a las playas andaluzas en botes y los emigrantes salen corriendo en medio de los turistas asustados por este espectáculo.
Es una verdadera invasión. España no puede convertirse en un anexo de África. Está en grave peligro nuestra civilización judeo-cristiana. No es un problema de racismo; es una cuestión de supervivencia. No es cierto que los españoles sostenemos la invasión africana. Italia ha adoptado una vía de recurso y España no puede continuar siendo ahora el principal punto de llegada de los emigrantes africanos. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
Si no ponemos coto a la invasión los españoles llegara un día en que seremos minoría en nuestro propio país. ¿Se dan cuenta de esa hipótesis espeluznante?
Los guardias civiles atacados con cal viva en Ceuta, apaleados y sin capacidad para hacer frente a la invasión.
Esto no puede seguir así.


Manuel Ostos
Antiguo corresponsal de:
Agencia EFE
El País.

molop1943@gmail.com