PARA QUE SIRVEN LAS NACIONES UNIDAS?
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue fundada en
1945 para dirimir las diferencias entre los paises miembros, preservar la paz
mundial y garantizar la solución política de los conflictos. En su Carta programática,
la ONU codifica los grandes principios
de las relaciones internacionales, reprimiendo todo acto de agresión u otra
ruptura de la paz. El Consejo de Seguridad, donde cinco países tienen derecho
de voto (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido) tiene como
principal responsabilidad el mantener la paz y la seguridad internacionales.
Por lo tanto, en acorde con el derecho internacional, todo
acto de agresión no autorizado por el Consejo constituye “de facto” una
violación de los principios que dieron nacimiento a la ONU. Cierto es, sin
embargo, que frente al derecho de veto, muchas de las resoluciones presentadas
al Consejo no llegan a materializarse.
La idea de que se puede estar dentro y fuera de las Naciones
Unidas ha sido puesta en práctica desde el mismo día en que fueron creadas. El
primer ejemplo es el de Israel que, de manera sistemática, ha desatendido todas
las resoluciones del Consejo relativas a los territorios ocupados por este país
a partir de la guerra israélo-árabe de 1967.
Los EEUU invadieron Irak en marzo de 2003 sin tener en
cuenta al Consejo, acusando a Bagdad de disponer de un arsenal de armas de
destrucción masiva, lo que luego se pudo comprobar que no correspondía a la
realidad. Los EEUU querían liquidar al régimen de Sadam Husein y no les
importaba violar tratados y derechos.
El pasado sábado, el presidente Trump, apoyado por la
Primera ministro británica, Theresa May, y el presidente francés, Emanuel
Macron, bombardearon diversas instalaciones militares sirias, en respuesta al
empleo de gases tóxicos, presuntamente lanzados por el régimen de Bachar El
Assad contra la localidad de Duma, en manos de los rebeldes.
Washington, Londres y Paris han asegurado que disponen de
pruebas de que fue Damasco el responsable del empleo del arma química. Sus
fuentes: los informes de sus servicios de inteligencia. Pero hasta ahora no han
presentado la menor prueba fidedigna.
Los servicios de inteligencia no tenían agentes en Duma y,
por lo tanto, sus fuentes eran los propios rebeldes y las fotos y videos mostradas
por éstos en las redes sociales. Ni que decir tiene que estas fuentes no eran
neutrales.
Cuando se dio a conocer el empleo de gases, el ejército
sirio estaba a punto de penetrar en Duma, lo que hizo este domingo, de manera
que uno puede interrogarse ¿para que gasear si la zona iba a ser ocupada?
No se ha prestado la atención debida a las declaración hecha
por los rebeldes en el sentido de calificar de “farsa” el bombardeo del trío
occidental, afirmando que su deseo fue y sigue siendo eliminar a El Assad. A
los rebeldes no les basta con que Trump lance sus misiles; lo que desean es que
se bombardee y mate al presidente sirio.
Pero el general Mattis, ministro estadounidense de Defensa,
ha señalado que los EEUU no persiguen cambiar el régimen que gobierna en
Damasco. Por lo tanto, el envío de misiles no ha satisfecho sus esperanzas.
¿Habrían montado los rebeldes del grupo, Jayish El Islam, el
escenario del ataque neurotóxico? Difícil de creer; sería una verdadera
provocación, pero no puede afirmarse que es imposible. La rebelión contra El
Assad está retrocediendo en todo el país desde que Rusia e Irán se han puesto
del lado de Damasco, y a estas alturas los rebeldes no son criaturas incapaces
de organizar una matanza de esas características, si estiman que la reacción
occidental les va a ayudar en sus intentos de eliminar al régimen legal que
gobierna Siria.
Es oportuno recordar
que cuando Sadam Husein empleó masivamente el arma química, durante la primera
guerra del Golfo, contra la población de kurdos iraquíes, y luego contra Irán,
los países occidentales no reaccionaron contra el dictador de Bagdad, porque
entonces le estaban apoyando. Cinco mil habitantes del pueblo iraquí de Halabja
murieron a causa de los efectos de gases sarín, mostaza y Tabum, y otros diez
mil resultaron seriamente heridos.
En octubre de 2013 el semanario francés “Le Nouvel
Observateur” afirmó que tres empresas francesas (Carbone Lorraine, Protec y De
Dietrich) habrían ayudado a Irak a la producción de gases. Las tres firmas
aseguraron que nunca vendieron directamente a Bagdad sus productos, añadiendo
que “no podían ser responsables de lo que pudieran hacer los intermediarios”. La
asociación de víctimas de Halabja afirma que Francia no fue el único país occidental
que ayudó a Husein a crear sus reservas de gases tóxicos.
¿Para que sirve la ONU, pues, si lo que debía ser un
cortafuegos se convierte en una barrera minúscula que algunos gobiernos saltan
alegremente? El general De Gaulle decía la ONU era “esta extravagancia” (ce
machin) que para poco servía. Tenía razón el hombre que liberó a Francia de la
invasión nazi. Y lo que dijo todavía sirve de referencia.
Manuel Ostos
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