REFLEXION
En el día de los recuerdos, quiero citar hoy a un gran poeta, conocido en España pero al que, a través de sus obras, no se le dio la dimensión que hubiera merecido.
Mahfud Massis, chileno de origen palestino, penetró en el horror de la vida y el silencio de la muerte. Su ascendencia árabe le marcó el camino donde se unieron la luz y las penumbras. Falleció en abril de 1990.
EL INVOLUCRADO / MAHFUD MASSIS
Cuando mató a su amante, yo estaba involucrado.
Cuando murió de tristeza, yo estaba involucrado.
Cuando se declaró la guerra en Occidente yo estaba involucrado.
Me fui a lavar, pero estaba lleno de sangre.
No había suficiente jabón ni arena marina.
¡Adelante, vendedores de detergentes y lejías blancas!
Seré vuestro consumidor, el más delirante.
Estoy comprometido con las manchas del mundo.
Involucrado en sus crímenes, en sus obscenidades.
No hay piltrafa que no cuelgue de mis orejas.
No hay basura que no caiga en el centro de mi ojo.
No hay un niño muerto al que no haya empujado.
Ocurre entonces que no puedo dormir de noche.
Ocurre que debo sostener un elefante mientras duermo.
Y alguien me tira de la nariz, me arranca las pestañas
Y duermen junto a mí los fabricantes de cera.
Pregunto a cada instante quién soy, qué he hecho.
Si hay otros hombres como yo, y por qué duermen.
Si hay otros asesinos como yo y por qué duermen. Yacen inmóviles. Escucho sus ronquidos.
Respiran sin rencor, inexorablemente.
Ninguno vomita en su pijama de noche.
Sólo yo tengo llena de suciedad la almohada.
Sólo yo escupo sobre mi propia boca.